lunes, 6 de agosto de 2007

Knock knock... Knocking on Heavens doors...

Tanta cosa rara dando vuelta en mi cabeza... Pensamientos que me llevan a otros, y esa situación repetida infinitas veces... Para luego darme cuenta de que sigo con las manos vacías, pero ya pensando en algo ridículamente alejado del punto de partida.
Un cuelgue sucede a otro, para no arribar a ninguna conclusión.
Y así comienzo indagando sobre mi existencia, tratando de observar desde afuera, el camino que me voy trazando para alcanzar mis sueños... Algo en la calle me persuade, y paso radicalmente a otra cosa. Luego comienzo, casi sin darme cuenta, a tararear alguna canción que me remonta a otra parte. Y en esa "otra parte" seguro encuentro a alguna persona. Con esa persona, vuelvo a un momento, un instante que no sé por qué quedó en algún rincón de mi memoria. Los sentimientos que me invadían en ese momento, son comparables a tantos otros, que me quedo colgada de algúna metáfora aliada.
Así divago, voy, vengo, vuelo, me arrastro. Y en medio de eso, vivo. A veces demasiado ausente, otras, dolorosamente terrenal. Intentando llegar a alguna parte, disfrutar del camino, alcanzar las metas, no tropezar demasiado, levantarme con dignidad, crear lazos con quienes caminen a mi lado, uffff... Muchas cosas a tener en cuenta, a veces demasiadas... Como para no perder el eje!
Y una noche, en que las dudas me dan tregua, y logro conciliar el sueño... El teléfono suena de repente, anunciando un mensaje.
El remitente, una de esas personas que una agenda en algún momento y luego guarda sin saber por qué. Un conocido, poco más que eso... Compañero de escenario de otros tiempos, de otras latitudes, de otros recorridos.
Creo que fue un error suyo, no veo por qué mandármelo a mi. Pero me gusta darle a estas situaciones, cierto tinte místico y creer que se trató de alguna especie de señal divina... De un capítulo más de este Potlatch que intento entablar.

"Cuando las puertas de la percepción se abran, las cosas se verán realmente como son... INFINITAS", decía el mensaje.

Pocas palabras más... Y muchos pensamientos enganchados...




No hay comentarios.: