El carrousel se detuvo en un misterioso instante.
La magia se desprendió de tus ojos e iluminó la habitación.
El tiempo se congeló bajo mis manos al rozar tu cuerpo.
Los pretextos y reproches se suicidaron cuando se aceleró tu corazón.
Nuestras risas maquillaron las heridas.
Nuestro silencio fue lo mejor que pudimos decir.
Nuestras manos recordaban el camino, tu piel volvió a ser una extensión de la mía, hasta tu olor parecía permanecer intacto...
Y TE AMÉ.
YO TAMBIÉN TE AMÉ.
En esa brecha mística cual agujero negro.
Entre esas paralelas increíbles que trazamos sin premeditarlo.
En ese instante mágico donde volvimos a burlarnos de la distancia, dejamos de lado las máscaras, y ya sólo nos permitimos SER.
OJOS DE PERRO AZUL... OJOS DE PERRO AZUL... OJOS DE PERRO AZUL...
Sé que mañana lo recordaré...
ACLARACIÓN: Por si acaso, este texto es viejo... Muy viejo...
jueves, 21 de febrero de 2008
La inspiración alguna vez anduvo por aquí...
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