viernes, 27 de julio de 2007

Mi propio POTLATCH...

La palabra POTLATCH quedó zumbando en mis oídos... No era la primera vez que la oía (o que la leía al menos), pero cierto comentario de "cierta persona" (ja, hoy estoy misteriosa) hizo que revisara el concepto que tenía de ella (y me refiero a la palabra, al de la persona aún no lo elaboro...)
Para introducirlos en el tema, les cuento que POTLATCH es una palabra del idioma CHINOOK, que significa literalmente "dar".
Se trata de un sistema de intercambio de grupos indígenas de Canadá, “que consistía, básicamente, en la celebración de grandes festividades en las que una persona dilapidaba grandes cantidades de bienes materiales, regalándolos o quemándolos en enormes piras, porque la prodigalidad material, la generosa entrega de los recursos materiales, se transformaba en crédito simbólico, en admiración social, en reconocimiento por parte de la comunidad, y esa clase de capital era mucho más apreciado y valorado en las comunidades indígenas que cualquier otro”.
Leí también que en estos banquetes, el anfitrión distribuía regalos entre sus invitados, hasta el punto de la bancarrota propia o tribal.
ESO ME SORPRENDIÓ...
Pero quizás lo que más me llamó la atención, fue el hecho de que para algunas tribus, la práctica del POTLATCH fuera competitiva, con diferentes clanes familiares o tribus, intentando ahogar a sus rivales con regalos.
Digamos que su finalidad puede ser tomada -en el sentido moderno- como netamente egoísta, como una manera de intercambiar estos presentes por una forma intangible de moneda: prestigio y poder social.
Esa fue mi teoría hasta hoy... Entonces "cierta persona" lo definió como "Pernoctar en la experiencia perceptiva, como quien duerme sobre el pasto"
AHÍ CAMBIÓ LA COSA...
Entonces me gustó tomarlo más como una especie de economía, ya no basada en la acumulación sino en el derroche, en el goce de lo producido. ESO ES LO QUE RIGE EN NEVERLAND.
Una visión exactamente opuesta a la del hombre de negocios de "El Principito", que en su "seriedad", cometía la estupidez de contar las estrellas para intentar poseerlas... Sin tener tiempo siquiera de contemplarlas...
El Potlatch al que me comprometo, es una especie de intercambio desinteresado de vivencias, saberes, sabores, juegos de palabras, poesía... Siempre ligado a la pasión (que es lo que mueve mi mundo), con notables toques de cotidianeidad...
En este espacio en particular, procuraré compartir cosas que leo, que encuentro, que me acercan; sólo con el afán de alimentar el Alma (o encender el bichito de la curiosidad) de quien los lea...
"La obligación esencial del POTLATCH es la de dar..."
Sólo en el dar podemos encontrarnos...

jueves, 26 de julio de 2007

En Neverland también es ley...

Que la tostada siempre cae del lado del dulce (o en este caso, el queso crema) es sabido...
Pero era necesario, que -previo a llegar al piso- hiciera una escala en mi pantalón, y rebotara en mi zapatilla ?
Y todo, a las 8 de la mañana...
Fucking Murphy...

lunes, 23 de julio de 2007

Sobre las manchas de humedad en el techo...


"La soledad es una mancha de humedad en el techo..."
Esta frase -escrita por Miguel Iglesias, un MAESTRO con el cual tengo el placer de compartir escenario por 2ndo año consecutivo- se instaló hace algunos días en mi (desde que la oí por primera vez), y allí permanece, zigzagueando en rincones poblados de recuerdos, y haciendo una especie de eco molesto en ciertos recovecos del Alma.
Me abstraigo y pienso en las tantas manchas de humedad que han tenido mis techos, en esa soledad que siempre es la misma, pero usa tantos disfraces...
En el techo de mi aula había una mancha molesta; que me aislaba por momentos de los demás, y me obligaba a sentirme diferente. Una mancha que limitaba mi capacidad de transmitir ciertas cosas, y era una especie de agujero negro por el cual me transportaba a diferentes mundos que anhelaba habitar.
Una mancha ambigua, que en ocasiones me torturaba, dándome esa rara sensación de haber nacido en un tiempo y lugar incorrectos.
La misma mancha que luego me dibujaba alas, permitiéndome habitar una realidad paralela, en la que hallé el valor para reafirmar el sueño que hoy da sentido a mis días.
La más profunda de mis manchas, la que más dolor me causaba, fue esa que no podía dejar de mirar. La del techo de esa pensión fría, donde tanto lloré, tanto extrañé, tanto miedo sentí. Fue una mancha porteña, nostálgica y testigo, no una más de las que habitaron -inmutables- los techos de mis días hasta hoy. ESA MANCHA CAMBIÓ CONMIGO. Un día yo la percibí distinta, y ella me vio hecha MUJER.
Luego hubo una más que recuerdo en detalle, superficialmente diferente, profundamente igual. Se hallaba justo encima de una cama de dos plazas, en la que dormí tantas noches sola, aunque la física jurara que había otro cuerpo compartiendo mi almohada.
Contra esa mancha me rebelé miles de veces... Intenté pintarla, esquivarle la mirada, taparla de algún modo... Pero se había instalado ahí, como sentenciando una condena, resaltando una rajadura en mi esfera de cristal.
Una mañana me fui, creyendo que no la encontraría al volver. Pero no fue precisamente ella la que se marchó en mi ausencia, y al regresar nos vimos en la difícil tarea de aprender a convivir solas las dos.
Por momentos se hizo amiga, otras tantas veces la odié... Para entender con el tiempo, que no me servía de nada ponerme en su contra.
Y noté como teníamos una relación inversamente proporcional (porque además de la mancha en el techo, a veces también miraba el pizarrón del aula): A medida que yo crecía, ella disminuía su tamaño e intensidad.
ESE FUE MI GRAN DESCUBRIMIENTO.
Hoy mi mancha (y el hablar con un sentido de pertenencia, denota cierto cariño por ella) no es tan grande, ni tan dolorosa, ni tan hostil.
Tenemos una relación casi simbiótica, en la cual no sé si soy yo la que la dibuja cada día, o es ella la que traza las líneas de mi existencia.
Nos respetamos mutuamente, y aprendemos la una de la otra.
O por lo menos yo sí aprendo de ella.
Joder! que las manchas no cambian de forma, ni dibujan, ni aprenden...
O si?

domingo, 22 de julio de 2007

UNA DE CAL... Y otra de cal...

6 de la mañana. Madrugada de domingo... Agus y yo, volvíamos debatiendo (mientras caminabamos -yo un poco renga- por Juan B. Justo buscando un taxi, solas y muertas de frío). La (profunda) cuestión era: cuando uno dice "Una de cal y una de arena" (refiriéndose a que siempre viene una mala y una buena); cuál es cuál? Qué sería lo bueno, la de cal o la de arena?
Según Agus (aunque yo tengo mis dudas) la de cal es la mala... Así que coincidimos en lo "caladísimas" que están nuestras vidas ultimamente...
Cada una con su postura (ella graciosamente negativa, yo siempre odiosamente optimista), argumentábamos para intentar ganar la nefasta competencia, y ser -al menos por esa noche- coronada como dueña de la peor suerte.
El viernes fue todo suyo... El sábado lo gané yo.
Pero me hago cargo totalmente de los hechos.
Una debe aprender a interpretar ciertas señales.
Y es que si en un período de pocas horas, se le revienta una base nueva en el piso del baño (minutos antes de salir, con el tiempo justo, para llegar a la función), luego se le abre una sombra en polvo (de esas que no salen CON NADA) en el bolso lleno de ropa y demás objetos; y le salen unas feas (y dolorosas, por cierto) ampollitas en el labio... Es probable que nada en esa noche salga bien...
Y entonces una corre el riesgo de quebrarse el taco de una bota, a los 45 minutos de haber entrado al boliche... Y condenarse, de esta forma, a quedarse sentada, tomando, y maldiciendo el fucking instante en que decidió no acostarse temprano.

martes, 17 de julio de 2007

Nota Recordatoria

Jamás, cuando estés en una conversación entre 3 o más personas, intentes darle un "patadoncito cómplice" por abajo de la mesa a tu amiga, sin antes verificar que no se trate de una mesa de vidrio... (por lo tanto, transparente) :S

P/d: Hoy a la tarde, en un enorme ataque de amor propio... COMPRÉ CAFÉ

lunes, 16 de julio de 2007

Mentime que me gusta...

En el camarín, 2 minutos antes de salir al escenario (con la obra iniciada, y mientras yo hacía los ejercicios de modulación más cómicos que puedan imaginar) mi mamá postiza no aguantó su verborragia.
Y sí, se le escapó. Eso que el 80% de mis compañeros de elenco sabían, y murmuraban por lo bajo para que yo no lo oyera.
Eso, que podía (y de hecho, pudo) transformar los benditos nervios previos a salir a escena, en un tsunami espasmódico (no me acusen de exagerada) en el cual los temblores, las cosquillas en la panza, la nostalgia verduga, los pensamientos estúpidos, la transpiración de mis manos, la memoria emotiva, y las más variadas especulaciones peleaban por imponer su dominio sobre mí.
No me pregunten cuál de ellos ganó. Creo que cada uno tuvo su momento de esplendor, haciéndome sentir ridículamente vulnerable; hasta el punto de exclamar -una vez terminada la función- que quizás el mandato familiar no era tan erróneo y debí yo también, dedicarme a la abogacía (naaaa, esas son boludeces que una dice nomás...)
La cuestión es que así salió Natacha anoche. Con una perturbación que lejos estaba de sus conflictos previos, con un dolorcito interno que nada tenía que ver con los golpes propiciados por su hermana Vasilisa.
Es que durante la hora cuarenta que dura "Los Bajos Fondos", hubo un poco de Natacha y mucho, mucho de Gabriela. De esa Pochita que volvía a revivir ciertas cosas, y que se moría por espiar en la platea, para comprobar si esa presencia era real.
Y sí, ahí estaba.
Sólo pude verlo en el saludo final, aplaudiendo de pie, saludando a sus ex-compañeros de elenco que me miraban de reojo, sonriendo luminoso, con "ese instinto taurino de su ser..."
Bajé y me abrazó. Me agarró la mano con cualquier excusa y comenzó con esa serie de mentiras innecesarias que tenía ganas de oir: "Qué linda estás", "Te veo mucho más flaca", etc, etc, etc. Hasta que por fin, como excusándose frente a mis ojos dolidos, exclamó: "Perdí mi celu y no tenía tu número, me lo das otra vez así paso por tu casa y tomamos el café que nos debemos???"
Punto y aparte.
Probablemente no sea necesario aclarar que no tomo café, y que él jamás -en todas las veces que estuvo en mi depto.- me dejo siquiera poner la pava en el fuego.
Y se lo di.
Más bien.
Y una que se jacta de ser inteligente... No?

Todo lo que nos sucede tiene una razón,

la casualidad no existe, no lo digo yo.

Creo que ya estaba escrito como para un guión,

y perdimos tanto tiempo en la explicación.

Sólo quiero verte sonreír mi amor,

tan bello y sublime como el mismo sol.

Entenderme no es tan fácil,

no me entiendo yo,

ni pretendo que lo intentes vos.

Puede que de esta locura

haya algo de paz

y este corazón no duela más.

Sólo quiero verte sonreír así,

como aquella noche... Que te vi.

La novela de la vida

quiere verme actuar,

voy a hacerlo sin libreto,

quiero improvisar.

Yo ya traigo mi equipaje

y debo seguir,

se me hizo largo el viaje,

esto de vivir.

Sólo quiero verte sonreír mi amor,

tan bello y sublime como el mismo sol.

Ahora sé que la distancia no cura este mal,

sólo nos acerca un poco mas.

Y después de tanto tiempo, de tanto soñar,

nos perdemos esta realidad.

Sólo quiero verte sonreír así...

(Pero esta vez, Pochito, que no me borres la sonrisa a mi...)

sábado, 14 de julio de 2007

Viernes a la Noche en Casa

Según mi amigo Luis está bien quedarse un viernes a la noche en casa. Y acostarse temprano. Y autoconvencerse de que es lunes o martes; y que nada se pierde uno por ahí.
Yo siempre creo lo que me dice mi amigo Luis.
Es que él hace que todo en la vida parezca simple, y que una se sienta una estúpida buscándole la decimonovena pata al gato (así de retorcida soy)
Seguro que si lo conocen, y lo escuchan hablar, a ustedes también los convence.
Es más, creo fervientemente (como siempre que creo, jamás es a medias!) que si se lo propusiera, podría lograr que todo Buenos Aires se fuera -por un viernes- a dormir temprano.
No veo por qué habría de proponerse semejante cosa, pero desconfío de cierta naturaleza de nuestra especie, y quizás algún día lo intente por el simple hecho de demostrar su poder de convencimiento.
Así somos, queridos hermanos.
El hecho es que acá estoy.
Escuchando la respiración tranquila (aunque algo congestionada) de Martín.
Preguntándome por qué fucking decidí que no iba a comprar el mueble para la compu, y que quedaba linda así, casi en el piso.
Anotando en mi lista de "cosas por comprar" un par de almohadones, para amortiguar el asunto.
Maldiciéndome por no haber comprado más cigarrillos.
Y ultimando detalles para irme a dormir.
No es que sea un amargo mi amigo Luis. Nada más alejado. Tampoco se trata de un boicot planeado por él, para eliminar público de viernes en la noche Porteña.
Creo que quizás sólo quiso consentirme.
A menudo noto que lo hace, y me gusta sentirme una nena chiquita a la que él reta, mima y aconseja.
Probablemente supo que necesitaba una especie de "aprobación" de su parte.
Entonces llego a pensar que se dio cuenta de que a veces me falta el aire.
CLAUSTROFOBIA.
Ése es el mismo motivo por el cual no compré el mueble para la Compu (Eloísa, de aquí en más).
Excusándome en una tendencia oriental, pero por el simple hecho de que el depto. es chiquito, el espacio no sobra... Y el aire que sigue faltando.
Y quizás por eso, tampoco tuve ganas esta noche de compartir mi aire... Así porque sí.
No tuve ganas de la pose repetida hasta el cansancio, que tan natural me sale apoyada en la barra.
Del rimmel que siempre me pegotea las pestañas, aunque a Penélope Cruz le quede divino en la publicidad.
Del juego de histeriqueo idiota del que a veces formo parte.
No tuve ni tengo ganas. No por esta noche.
Y no me voy a convencer de que ésta puede ser "LA"noche" para correr a calzarme las botas.
Tampoco voy a dejar que me atemorice el miedo a mi soledad (es que ella y yo sin ti no nos llevamos bien... CUAK!) ni este silencio, ni el mes de Julio.
Mucho menos pensar que quizás hoy, se alinean los planetas y se produce "EL" encuentro.
No. Me mantengo firme y me voy a dormir... Temprano?
Bue, palabras van, palabras vienen, entre ideas y galletitas con Casancrem se me pasó la hora.
Así que me retiro.
Que LA noche inolvidable,
EL encuentro esperado,
El Príncipe Azul que no se vuelve sapo,
El licor de melon con Speed en la barra,
y todo lo demás...
ME ESPERE HASTA MAÑANA

viernes, 13 de julio de 2007

Gente tan NECESARIA...

Hay gente que con sólo decir una palabra

Enciende la ilusión y los rosales;

Que con sólo sonreír entre los ojos

Nos invita a viajar por otras zonas,

Nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano

Rompe la soledad, pone la mesa,

Sirve el puchero, coloca las guirnaldas,

Que con sólo empuñar una guitarra

Hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con sólo abrir la boca

Llega a todos los límites del Alma,

Alimenta una flor, inventa sueños,

Hace cantar el vino en las tinajas

Y se queda después, como si nada.


Y uno se va de novio con la vida

Desterrando una muerte solitaria

Pues sabe que a la vuelta de la esquina

Hay gente que es así, tan necesaria.


Hamlet Lima Quintana

Gente tan necesaria! De esas que alimentan el Alma, que dibujan un sol en plena tempestad, que instauran la esperanza en esos temidos momentos en que todo parece gris... De esas, que logran por el sólo hecho de EXISTIR, hacer del mundo un lugar mejor...

Este refugio es para ustedes, para que lo alimenten, lo frecuenten, lo quieran y lo necesiten casi tanto como yo...

Hoy leí este poema en un lugar con mucha mística, al que fui de "causalidad" por un ensayo...
Y porque en este día, una personita compartió un poco su *MAGIA* conmigo (con esa locura, que ya no sé si te contagié o me contagiaste, si la inventamos o nació con nosotras), le dedico más que especialmente esta entrada...

Para Melina Soledad, a quien desde hoy, rebauticé MELINA SOL (mi sol!)


Va con fotito y todo... Por lo de "hace cantar al vino en las tinajas... Y se queda después como si nada..." Vos no lo hiciste cantar, pero lo tiraste sobre el colchón! Y después... Bueno, tampoco te quedaste como si nada, la Pini y yo sabemos bien lo que pasó en El Salmón, jaja! TE QUIEROOO!

miércoles, 11 de julio de 2007

Fucking monotributo...

Luego de la nevada mágica de ayer, del estreno del sábado y de la extraña sensación de los últimos días de no pisar realmente el suelo, una alta dosis de realidad me golpeó hoy. ME HICE MONOTRIBUTISTA. Sí señores, así como lo leen. Yo, que intenté huir del sistema durante 22 años (casi casi llego a los 23), hoy tengo mi número de CUIL y hasta les puedo emitir una Factura "C". TRISTE COMO SE LEE... La chica de la Afip no entendía nada, mi cara al momento de firmar todos esos papelotes le pareció extraña. Hasta preguntó si tenía alguna duda, si me sentía bien... Cómo explicarle! Cómo decirle que se trataba de uno de esos momentos en los cuales sólo una cosa rondaba en mi cabeza: SI PETER PAN VINIERA... En vano sería tratar de explicarle, ¡por dónde podría empezar! Me sentí un poco pirata, un poco hombre de negocios de El Principito. "No es tan grave", pensarán... Pero así fue desde mi visión, quizás un poco drástica para algunos, pero totalmente entendible para otros.
No es la primera vez que me invade esta sensación... Tampoco será la última, probablemente, porque uno CRECE a pesar de todo, y los años traen obligaciones, las obligaciones, papeleos; y éstos ataduras...
Ya sólo esa palabra me ocasiona escalofríos...
Pero no mancharé este lugar con semejante discurso. NO AUTOBOICOTEARÉ mi refugio... Aquí nada de eso puede tocarme, sólo que sentía un poco de culpa y necesitaba contarlo...
Nada mejor que irme a dormir con esta imagen... Para no olvidar que uno de los principales objetivos en mi vida, es no hacer nada que avergüence a la nena de la foto de abajo...
*DuLcEs Y lIbReS sUeÑoS*

lunes, 9 de julio de 2007

Cae NIEVE con gusto a UNIVERSO...

Creí que a mi mamá le habían hecho efecto alguna de esas raras hierbas que le pone al mate. Me despertó diciendo que nevaba... En Buenos Aires? Me asomé a la ventana y así era... Asi es, con más intensidad ahora... Qué lindo... Qué ganas de que suene el timbre, y sean todos mis amigos de la infancia, incluídos Peter Pan y los niños perdidos, buscándome para pasear en trineo y armar muñecos... “Nieva y en la ciudad todos quisieran cambiar de nombre”, pensé... Y justo entonces, recibí el mensaje de un compañero de elenco, culpando al director de la obra de esta maravilla natural (que según el noticiero, sucedió por última vez hace 89 años). "¡Estamos en la Rusia de Los Bajos Fondos!", exclamó... Y yo soy hoy, un poquito más Natacha que ayer...


"Otras tormentas se ciernen
sobre mí.
He aceptado tu ausencia viviente
como un tolmen, una nube
que se asienta en un tiempo más allá de aquí
y nieva.
Nievas sobre tu propio nombre..."

Walter Ch. Viegas

La segunda estrella, a la derecha...

...Y siguiendo de frente hasta llegar a la mañana...
Este es mi nuevo refugio... Llego aquí perseguida por las sombras, las dudas, los miedos... Descalza y en pleno Julio, sedienta de MAGIA, de encanto.
A partir de ahora, mi alter ego y yo, habitaremos este lugar.
Intentaré derramar pedacitos de mi Alma (gastada???), palabras propias y otras prestadas, vivencias, recuerdos, secretos y algún que otro grito disconforme contra la realidad.
Si querés te lo presto un rato, para que te acurruques, me leas, me escribas, me sientas.
Disculpá si desvarío, si lo inundo de nostalgia o contradicción.
ES PARTE DE LA VIDA... Y desde ahora, PARTE DE MI.
Podría empezar de mil maneras... Pero hace frío, es de noche, en Julio, un Domingo... Y me huele a Girondo.
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de
la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,para
lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
díganle:"se ha mudado".

Para que ya no vuelva a encontrarme ningún hombre gris...